Cuando la penumbra tiñe de sombras dispersas al bosque, 

Hojas que albergan  brillo de Luna oscilando en la borrasca ...

Llamaradas de que se encienden cuales lágrimas del viento o estrellas que agonizan ...

Temblando y desnudo aferrado a la piel propia cual raíz saliente amitad

Del precipicio, 

Un combate de gritos sordos  lacerando

el Alma en carne viva y ardiendo...

Viajes con tobillos engrillados que  no reposan  en cualquier alivio que regale alguna muerte..

.. o ninguna ..  entre el.sobresalto y las tumbas de cruces parpadeando, dormir se hace morir en plazos...

Se rinde con la impotencia de la Ira resignado  a la .fuerza todopoderosa del Tiempo, maldito Dios nunca eterno, maldito Dios Verdugo dentro de nosotros .

 Las tumbas crujen en las fugas tapiadas de la noche...

Tal vez el cuerpo degradado cobra vida y levanta una copa de agua de hierba a mi salud, 

Y a la de nosotros .

Hoy  la sangre me da un latigazo dentro de mis arterias y brinda en tu nombre .

Me quedo como en medio del alta mar de la 

Melancolia naufraga,

Mi brazo solitario me da de beber un licor destilado sobre la madera y la tierra ,

Sobre cuales el mundo derrama.el llanto de las Almas llamando...

Salud pienso y salud murmuro con palabras mudas , salud en los mundos que inevitables brindan en el Tiempo.

 Escucho las sombras mudas 

Que en la espesura de la quietud 

Se desvelan cual estatuas solitarias 

En los cementerios bañados de espejos de Luna.

Escucho las voces que se hablan sin encontrarse como el río hace hablar a las piedras de las cascadas ...

Escucho cada palabra que mi mente teje para que el frío del alma moribunda sea paño cálido que la cubra en ensueños de licor de llanto y risas alocados...

Como un grito que se desarma en ecos del Tiempo rebelado a sus propias horas verdugas, escucho el respiro vago y el paso agobiado de cada imagen  que se disuelve 

En esta Noche tan rendida ,

En esta tiniebla vestida de Muerte que arrulla el letargo solitario de mi orilla inmóvil,

Ya vencida y tan yendo...

 Un relámpago en mi pensamiento hizo una huida al mundo que era alguna vez, 

Aire de sombra y tiempo más lento, casi inmóvil simulando la muerte de las noches.

En la borrasca que invade el cuerpo en pasos que agonizan,

en los brillos lejanos de esa quiesencia maniatada,

vahos de sal que a cada grito arde , que a cada llanto se retuerce y  lacera la piel que cruje vencida.

Suerte arrojada y rebotando sobre las aguas evaporando en las piras hediendo humo y huesos, 

en valles de suplicios al azar

rezando ,en el naufragio al alma exangüe que se retrae y arrastra  el olvido..  

 Paralizado  en la mitad hacia el final , el camino donde quedamos clavados en las hogueras de la selva del olvido  que no nos aferra , 

consumiendo sus luces negras  hasta la nada en  la nada...

el frio que no duerme  toma en sus brazos el sueño ùltimo, 

el calor que se aterra muere asesinado  y es todo ... todo...

si se termina el vino, y ya no hay vid creciente en mis jardines,  si el placer de la euforia burlesca se fija en mì robando la crueldad de la voz y la hermosura del incesto, 

el de romper toda regla solo por el placer de pisotearlas con mis propias  muertas...

Cuando se derrumbe sobre el viejo cuerpo mi mundo de delicia perversa, de los orgasmos de grupo ejecutando mi propia musica, 

vendra La Santa Muerte a buscarme , con su copa de Vino Nuevo y el ronroneo latiendo ...

Copyright : Diego Colombres-  By Editorial Malena-- Buenos Aires--2024

 La noche pesa sobre mis huesos , noche solitaria, 

Noche buena que me clava el alma en su cruz lejana de vidrio de botellas vacías...

Un sombrío halo de recuerdos quietos, mi mirada emborrecida por la puerta del llanto golpeando,

maldición oscura de los bosques que se secan ,

Luna muerta que me recubre hasta el polvo que no puedo ver ya...

Noche de gritos mudos,  del pozo eterno que los hace apuñalarse en silencio sobre las raíces latiendo...

 Solitario desde arriba , como esa vista de una paloma negra 

que en la cornisa desprecio a su bandada y las migajas de los portales,

un Lobo que recorre el pedregal oscuro, sus ojos amarillos 

dos velas de llamas verdes ya cansadas pero siempre agudas ,

 adelantándose al olor ineludible del festin de los Demonios 

que lo invitan a beber y se cobijan en su pelaje  ermitaño para andar siempre hermanos y juntos...

todos los balcones que se elevan son montes donde el solitario ve fogones vivos,

la ciudad es un valle de miseria interior que va estrujando de a poco con sus púas de alambre oxidado el Alma moribunda...

Dentro de la espesura , agazapados en esa bruma renegrida donde el instinto y los sonidos dejan mutilada la vista...  donde esa porcion humana  se retuerce y se choca aullando ya sin sus ojos devorados por el LOBO SANTO...