jueves, 16 de julio de 2009

Sueños de un pasado presente


La cumbre estaba a dos mil cien metros subiendo al pie del final de la gran avenida, que reventaba de autos y bocinazos todo el año.
Arriba , un mirador dejaba ver unas mesas para observar todo el paisaje de la ciudad. Marcos se encontraba sentado y tomando una cerveza negra con una tablita de queso y fiambres . Frente a él, Laureano fumaba incesantemente .
-¿Me das fuego?
-Tomá.
Marcos encendió un cigarrillo y agregó: -mañana todo será distinto. Pasó una hora y emprendieron en motocicleta la bajada.
Eran las ocho de la noche, cuando Marcos entró en su casa, se hizo algo para comer sencillo y prendió el televisor. En el noticiero de la noche hablaban de él. Se puso a escuchar atentamente al periodista:” Dentro de una semana es la prueba de fuego para Marcos Acuña, que se juega el título mundial de los pesos mosca por primera vez desde que se consagró”…
Lucía fue a sentarse al costado de la cama donde estaba. “Sé que vas a ganarle”.
_Ojalá…
-Tengo fe en vos, en tu valor y en tu esfuerzo, querido.
-Ojalá yo tuviera tu optimismo.
-Tenelo, Marcos.
Se durmieron al rato. Marcos se levantó, se puso la bata y vio que se dirigió a la cocina. Desayunó y fue al gimansio, pero no estaba allí nadie más que Tulián, su entrenador. –Temprano, muy bien-. El estadio estaba a dos cuadras, y en el auto llegaron…
En el ring, entre gritos furiosos, subió. Lo aclamaba todo el pueblo de Villa Ángela. Se calzó los guantes, se los abrocharon y sonó el ultimátum ruidesco de la campana.
Primer round. El rival, uruguayo, tiró un gancho derecho que impactó de lleno en su sien izquierda. Cayó , pero a la cuenta de siete estaba de pie, mareado. Arremetió un ataque, que fue esquivado por el duro y fiero contrincante, pero terció con un zurdazo que dio en el mentón del otro. La cuenta llegó a diez, y un desenfrenado público invadió el ring y a Marcos lo levantó Tulián sobre sus hombros.
Más tarde, con la emoción de la victoria, se revolvía en la cama junto a Lucía, que lo zamarreaba.-Despertate, estás soñando hace diez minutos.
Marcos vio que la realidad era ficticia ahora, y quedaban seis días para concretarla.
Largos fueron los días de entrenamiento, y muy duros. Pero llegó al fin, como todo lo ansiado, como anticipado de lo que había visto mientras dormía. Se sacó el batón negro, se puso a bailar sobre el ring y tiró el primer golpe. Pero un reflejo , similar a un fogonazo, lo sumió en un sopor, donde escuchaba miles de voces, de insultos, de lamentos. El uruguayo estaba con el cinturón de campeón recién ganado en alto.
Pasaron dos días , y en el cerro, sobre la misma mesa del mirador, Laureano le dijo:- ahora somos iguales en condiciones, Marcos amigo. Pero entre compañeros todo pasa, bueno o malo, favorable para uno y otro, ¿no?.
_Así es, retrucó riendo su ahora viejo enemigo. Pero en los próximos días, tu hermana me regalará otro hijo. Y yo deseaba que su tío fuera campeón igual que el papá. Es el mejor regalo de bienvenida al mundo…
-No será boxeador, creo.Se me hace el pálpito que será intelectual.
-¡Ja ja! Un gran escritor a lo mejor.
-Y escribirá las vidas de golpes, de campanas y cuerdas de los hombres de su familia…
Y es por eso que yo lo estoy terminando de relatar ahora. Sólo quiero agregarle, en honor a los dos: Gracias por ese sueño…

viernes, 3 de julio de 2009


Tiempo para cruzar
desde el filo de la altura.
Entre el gentío
Circo Funerario
la lluvia cae,
vida sobre la vida antes
sube por agua
y el amarillo de cristal
golpea, murmulla.
Restos de humo
en la nieve
huellas negras
líneas entre cascos sucias.
Mezclados en esa oscuridad
embarrada de fuego,
y de niebla
y la tierra,
enigma de soledad
oscura.