lunes, 23 de agosto de 2010


Desde la oscura soga que serpentea volátil
escondido en lo más imperceptible de la nada
cenicienta chimenea escupiendo
rojo negro sobre rojo gris.
Agonía de un pico que se mueve
muy leve, teñida mezcla
aletear sin sentido
entre final quemado,
crudo acabar para las alturas mutiladas.
Tierra caliente, inexorable,
encendida impía por manos hoscas,
laceradas de tiempo seco,
Creador de infiernos
con leños irredimibles,
que hasta morir lentos
acogen a sus visitantes.
No saben separarse,
no pueden huir,
y ya todo queda lo mismo,
todo es igual esencia ahora,
engendrada de pasiones impiadosas
de todo tormento por él mismo atormentado
de toda crueldad de existencia de Dios.