sábado, 25 de febrero de 2017

Y se escuchaban como rumores inalcanzables,
signos insignificantes para la razón
como un yuyo en medio del pavimento.
Sin embargo me imaginé los últimos gritos inconscientes que dan los pulmones antes que la garganta sea alcanzada por el fuego Inquisidor del Nuevo Orden...
Allí, consternado, horrorizado y angustioso lloré ,
lloré hasta que la sal quemó los surcos de los cuencos de mis ojos clavados como horror en las fosas ( puertas del Infierno que se abren hasta el último canibalismo de los huesos)...
Y escapé a tiempo , solo lo cuento para no volver a los hornos de mi lucidez...