martes, 28 de mayo de 2013

Se alarga y lame
irreal y fantástico
 rompiendo el aire enrejado
asfixia de plomo
que flagela con los grilletes de la lujuria.
Resuello de la carne mojada, espumando
haciendo estallar sus ligaduras invisibles,
endemoniadas.
...Y desde allí,
late,
oprime prisionero,
ahínco, sed de su sal,
del grito apagado desgarrando con sus uñas negras,
el del ardor que riega la saliva,
blanca como los rayos en la noche velada.