martes, 11 de octubre de 2011

Guardián del precipicio invisible
ha quedado petrificado sobre la llama tiesa,
Insondable bosque de hojas agonizando
sobre los resecos troncos desenraizados.
Acaso en el desierto enterrado
debajo de la sal,
sólo un falso oasis de espinas recién saqueadas
se pierde hasta siempre en el Nunca.
Acaso tristes agujeros que añoran visiones
sólo se contentan con sueños de desesperanza.
En tanto flamean cual harapos seres
sin ya poseer gloria,
cuando mil pozos refugian sin sentido
a otros tantos todavía gritando.