miércoles, 30 de septiembre de 2015

Y es acaso que buscas en el osario del caníbal…
Se amputan los recuerdos vagos y sólo es carne desapareciendo
 en tantos segundos como su propio nombre.
No, no es bueno para el alma emborracharla de resacas viejas.
La paciencia es un arma sin balas o sin filo
 cuando la deslumbra la inquietud desatada, libre de yo mismo,
atrapada a mi propio mismo yo.
La multitud ha pisoteado y roto los tallos,
sólo tierra al sol, la luna y el viento y la lluvia eternos.
Cae, cae como sube,
y la escalera sólo conduce al precipicio sin fondo de la mente .
Así, así hasta siempre, y siempre después de yo no sea más que lo que fui…

Hasta la tierra…