domingo, 25 de septiembre de 2011

Oye mis gritos
sobre la faz oculta de tus pensamientos vestidos de negro
se halla una luz agonizante que sólo sobrevive con suspirantes agonías
desde lo frondoso del abismo del Amor
que vuelve para quemar la vida
cada vez que una caricia de sus manos de serpiente
magullan mi piel y mutilan mis ojos,
el resabio de sus gemidos que graban
ardiendo en mi mente la tortura de su cuerpo
mi prisión, mi droga
y la vida que se pierde entre abismo de su alma
y su carne, vicio maldito y eterno azufre.

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