Han caído en la aceras
Un ala agita su última agonía
Y una vela negra sin viento
queda a la deriva de la piedra.
Veo, sin horror o indiferente pasar
Entre los ruidos sucesorios de las bocinas,
Los carros con su infeliz caballo,
Los pasos que rompen los años y vuelven a resucitarla,
La soledad infinita que se renueva y duerme,
Un cable serpenteando entre los postes
y vos allá, sentada, en tu refugio de teclado y música,
vos y tus ojos que me absorben,
vos y tu piel blanca que me incendia
vos y tu voz, tu voz de vos
tu palabra que me penetra
que me rasguña
y volverte a escuchar, otra vez.
y vos allá, sentada, en tu refugio de teclado y música,
vos y tus ojos que me absorben,
vos y tu piel blanca que me incendia
vos y tu voz, tu voz de vos
tu palabra que me penetra
que me rasguña
y volverte a escuchar, otra vez.
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