Se sumerge dentro del río.
Las aguas se convirtieron en hormigas que devoraron
su carne como
un estanque de fuego frío…
Un hombre de huesos que enamoró a la Muerte,
la subyugó a sus órdenes de crudo Emperador de las
Almas ciegas
la guadaña ha quedado abandonada en la tierra arada,
Desde la última siembra
sólo es una
hoja oxidada que abonó el trigo.
las manos de falanges desnudas señalan una luna
que su cara refleja cuando hay cuarto creciente…
cada viernes come del pan que ella misma ha
fecundado,
y vuelve, fuerte, entre las jaurías rotas y
gastadas,
entre las bandadas caídas de tanto cielo
hasta alimentar hormigas crueles en un inmenso lecho
seco…
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