Una gota de sebo queda,
corre desde el cuello hasta la madera
escultura del
pensamiento y el vino.
Los rojos del tinto tiñen el papel arrugado,
El poeta debe elegir entre el licor o la tinta,
bolsillos vacíos que llenarán las cátedras ,
enriquecerán a los críticos y a las imprentas.
Pero estás condenado a no entrar en esta tierra,
Eres Moisés…y tus tablas son grabadas con azufre…
Escritas con sangre, robadas, perdidas.
Las noche está a punto, larga vida le queda hasta que la
hiera el albor.
Cae el cabo negro de esa vela dentro de la jarra…
Y cuando tu mesa queda desierta de luz,
Surge el fuego en el viejo papel…y escribes,
hasta morirte .
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