Y la sombra permanece clavada en este terreno donde
germinan
semillas ignotas,
el viento fue
secuestrado por miles de hojas secas
que danzaron sobre él
y lo hundieron.
Mordía yo el suelo, comía la tierra para excavar un oasis donde
las raíces me colmen el hambre
Resucitar rompiendo el asfalto y salir a este sol que quema
mi razón y mis pestañas.
La ciudad se derrumba sobre mí y el cielo desaparece,
Pero sin saberlo vuelo sin sentir tacto hostil ni hierro
filoso,
viento que tus hojas envejecidas
derraman sobre la sombra que despierta.
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