Es mi pisar
borrado que perdió ser creído,
No hay cicatrices
ni en la tierra ni en el alma,
Todo queda
purificado cual espíritu agonizando en la hoguera
Deja huesos
humeantes y secos de pecados originales…
Y en la luz que
avecina el paso devastador del tornado que tritura recuerdos
ruje un grito
compungido,
exasperado e
infernal hasta el entierro del horror semimuerto,
donde la
desesperanza queda al sol aleteando hasta quedar quieta,
cual paraguas
viejo abandonado del diluvio
cuervos que
cegaron los ojos del sol y mueren,
a la luz de la luna que se extingue hasta la
nada,
ángel caído que
nunca llegará a tocarme…
(lo maté con las
púas filosas ,que lastiman y queman… aquí en mis ojos de espejismos)
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