sábado, 14 de enero de 2017



Es mi pisar borrado que perdió ser creído,
No hay cicatrices ni en la tierra ni en el alma,
Todo queda purificado cual espíritu agonizando en la hoguera
Deja huesos humeantes y secos de pecados originales…
Y en la luz que avecina el paso devastador del tornado que tritura recuerdos
ruje un grito compungido,
exasperado e infernal hasta el entierro del horror semimuerto,
donde la desesperanza queda al sol aleteando hasta quedar quieta,
cual paraguas viejo abandonado  del diluvio
cuervos que cegaron los ojos del sol y mueren,
 a la luz de la luna que se extingue hasta la nada,
ángel caído que nunca llegará a tocarme…
(lo maté con las púas filosas ,que lastiman y queman… aquí en mis ojos  de espejismos)

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