y vigas negras que yacen carcomidas en el basural de los recuerdos
de repente se llenan de fuego irrumpiendo la tiniebla que cae agonizando.
son las manos que arrancaron los ojos de la desdicha enfurecida
y los mantos manchados de rocío y barro
se agitan y golpean las ventanas...
tú que caes, que agitas o huyes
un trecho de selva muerta
abre un surco donde el resplandor de la imagen se disipa
como un pensamiento que no ha llegado a encenderse...
y sin quererlo las llagas de mi cuerpo desnudo arden y sangran
sobre las piedras filosas de tu lecho seco,
dejo mi piel y carne desgarrada aquí y la Luna llora...
...hasta apagarse...
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