lunes, 23 de abril de 2018

Aquí en el cementerio de las penas
las lágrimas resucitan en el rocío  de las cruces resecadas,
junto a la sombra de un querubín su trompeta es la pica 
aquí he cortado esta cabeza  maldecida
donde los caminos son marcados
por los cortejos infinitos de irrealismo
donde el Diablo sopla a placer  aliento narcótico,
Aquí  me arranqué ojos y la piel se me pudre sin verlo,
las jarras se rebasan de vino amargo 
aquí la embriaguez me entierra lenta,
 cada sorbo es mata de tierra mojada sobre mí,
aquí se queda, aquí duermo sin morirme todo...


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