las lágrimas resucitan en el rocío de las cruces resecadas,
junto a la sombra de un querubín su trompeta es la pica
aquí he cortado esta cabeza maldecida
donde los caminos son marcados
por los cortejos infinitos de irrealismo
donde el Diablo sopla a placer aliento narcótico,
Aquí me arranqué ojos y la piel se me pudre sin verlo,
las jarras se rebasan de vino amargo
aquí la embriaguez me entierra lenta,
cada sorbo es mata de tierra mojada sobre mí,
aquí se queda, aquí duermo sin morirme todo...
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