Estaban ambas quietas de miedo, pero a lo desconocido que empieza y se convierte, matando con su imaginaria película un deseo que nunca sintieron conocer , como vencido, en verdad derrotado, lo inexistente de sus vidas.
Se amaron y se aman, dos semidiosas que hoy se funden en carne y jadeo caluroso, acogedor de miradas humedecidas.
Se toman de manos, y ya sus cuerpos se pintan en una tela donde firman su obra cumbre sobre sus almas.
Carolina y su amada Gisela , Gisela ardiendo y empezando...
Déjame besar tu boca invadida por los que nunca supieron hacerla gemir hasta hoy,
esta noche nace la mujer que siempre se vio a través del espejo de sueños...
Se tenaz como fue mi ahínco para encontrar tu puerta entornada en mis ojos parpadeantes, otra puerta aquí se cierra y te encierra...
Seremos la ternura de una canción de amor que aprenda a cantar una y mil veces hasta tu estrella que abre sus oídos a la tentación del cielo perfecto. Vos y yo , la nave de tus piernas que ya se complementan entrelazando las mías que ya reposan, que ya no huyen...
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