jueves, 14 de octubre de 2010

...y es que la lluvia no es ya agua bendita,
por eso veo una luna en medias de red,
las hadas han quemado sus tules al sol que ya las ha violado,
no es llanto, son orgasmos de astro que bañan de placer la Noche.
…Y es que en aquella visión , la Noche verduga, agazapada,
en donde los amantes de la Diosa Tiniebla aguardan,
las botellas vacías ofrecen su filo para degustar nuestro propio licor
huida por el vómito de los gusanos ciegos que agonizan, perdidos,
mortaja seca, coagulada.
Pestilencia clausurada del Infierno
que nos empuja hacia adentro de nuestra película, lluvia roja
y cae la última lágrima calcinada.
…y es que sin la condena a Muerte del día,
la Noche nos seguirá flagelando enfurecida,
será así que la Lujuria nos será negada,
aunque así aun dancen sus sacerdotisas
sobre el altar apagado de nuestras mentes
iconografía vacía de placer robado.

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