
Yace aquí el sol ciego y secándose a la luz encadenada
impresionando pequeños resplandores fugitivos
en la oscura tormenta acallada,
pavoroso silencio de los espíritus perdidos,
deriva sin final
hasta el final que nunca llegará.
Allí, desde las copas inalcanzables
los cuervos anuncian la condena del día
sentenciando con sus batidos de guadañas negras,
nubes querubines de la Noche
que asfixien las estrellas,
masacre celestial.
…y cuando ya no tenga más nadie a nadie
cuando el mar haya sido desagotado
cuando los peces yazcan abrasados por la sal
presagios de huesos que fosforescan
evocarán al sol asesinado,
la Luna triunfante seguirá
con su luz de rapiña,
dándole vida a la Noche vacía,
los cuervos serán los nuevos reyes ,
hasta morir hambriento,
el último pájaro, canibalismo del reino recreado.
Los espíritus ,ahora puros de manchas blancas
ya adoran su nueva Diosa,
hija rebelada que asesinó a su padre.
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