Sobre la copa del árbol saqueado por el viento
queda aullándole en secreto a la Luna,
a través un pájaro emisario de pensamientos
el alma vagante de la ciudad que se desvela,
sus luces solitarias le roban el sueño.
¿Podrá la ciudad morir en secreto
o serán sus protegidos que se la robarán
cada día,
llevándose una parte de ella a los Cielos,
cada vez que ella llora sin saberlo?
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