viernes, 30 de enero de 2015

Sí ha dicho…
El aire pesa sobre mi nuca,
tal vez si lo sofoco con perfume de incienso
pudiese calmar su monótono respirar.
Le rompí una rosa sobre una imagen,
y los pétalos se sentían huérfanos,
como en un piso de piedra transitado sin una reina…
Si un río que no se inunda se vuelve tumba abierta,
huesos desnudos al sol que no viene,
pero el rayo quema igual ,
 letanías de la lluvia que aquí blasfema.
Sí, me dicta un espíritu sucio,

harapiento y con los ojos de águila tranquila.

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