Un coloso destruido que se resiste a morir
Polvo que se aferra a la piel herrumbrada
De tantas visiones recubierta, avejentada
De tanto pasado caminando,
Un techo de sal que rememora pasos juntos,
Rumores apagados , gritos muertos
Restos de tiempo afortunado
que mueren a la sed de la deriva
a los rayos en la tierra oscura
que se remueve y resiste aferrando tu última palabra,
mi clamor que me golpea los ojos,
mi suplicio de lejanía…
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